¿Cuál es la razón de que haya tanta diferencia en el precio del agua mineral embotellada entre los países europeos? Por ejemplo, en Grecia una botella de 0,5 litros cuesta 0,5 euros, pero en Italia, Alemania o el Reino Unido, por ejemplo, la misma cantidad es cinco veces mayor. Después de todo, el agua es muy importante y crucial y en la mayoría de los países el acceso al agua del grifo es limitado.
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Skyhawk
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La respuesta es: En realidad, el precio no es tan diferente. He viajado por la mayor parte de los países europeos y he vivido sobre todo de la comida y la bebida comprada en los supermercados locales. Si sabes dónde comprar, el agua no es cara en ningún país europeo. Por ejemplo, en Alemania, una botella de 0,5 litros de agua cuesta menos de 15 céntimos (más un depósito de 25 céntimos). En realidad, no encontrarás agua más barata en España, Italia, Francia, Gran Bretaña, Suecia, Bélgica, etc. - pero sí en Europa del Este. Sin embargo, incluso en países muy caros como Suiza, Noruega o Islandia no tendrás que pagar más de 50 céntimos por litro. Pero ten en cuenta que estos tres últimos países no tienen euro, sino su propia moneda y una economía más disociada, lo que explica la diferencia.
Entonces, ¿por qué crees que el precio es tan diferente?
No conozco esa diferencia de precio en el agua embotellada. Todavía no he estado en Grecia, pero en la mayoría de los países europeos he comprado botellas de agua por menos de 50 céntimos el litro. Eso es en los supermercados locales.
¿Podría ser que estuvieran comparando los precios de los bares y restaurantes? Normalmente el agua del grifo es de alta calidad. En Francia, por ejemplo, puedes pedir agua sin gas o con gas, en cuyo caso pagas entre 2 y 4 euros. También puedes pedir una garrafa de agua que suele ser gratuita.
En la mayoría de los casos la gente sólo paga por la marca o porque la considera más apropiada para su clase social.
Así que si hay una diferencia de precio se reduce a la demanda y la disponibilidad. Si la mayoría de la gente bebe agua del grifo, sólo la clase alta bebe agua embotellada, que puede permitirse precios elevados. Además, como hay menos gente que bebe agua embotellada, se necesitan menos cantidades, lo que aumenta el coste del transporte.
