En general, en las zonas turísticas de gran afluencia, reservar con antelación reduce el estrés de perderse la actividad y/o esperar en la cola de las atracciones; no realmente para ahorrar algo de dinero.
Suelo reservar con antelación 1 o 2 atracciones cuando viajo, y dejo las demás para decidir sobre el terreno.
Por ejemplo, voy a ir a Barcelona y Sevilla dentro de un par de semanas, y reservaré y compraré las entradas con antelación para un par de museos y atracciones; y dejaré las demás atracciones "menores" para que las gestionemos in situ en función de nuestro estado de ánimo.