Hace poco pasé un par de semanas en los Países Bajos y me sorprendió que mi tarjeta de crédito MasterCard emitida por un banco italiano no fuera aceptada en muchos locales. La probabilidad de que fuera aceptada por el terminal de punto de venta era casi del 50% al 50%. Se trata de una tarjeta con chip y pin, con una etiqueta RFID también, y cuando funcionaba también lo hacía con sólo tocarla en el TPV, así que supongo que cumple las normas técnicas.
En cambio, la tarjeta Maestro de débito/ATM emitida por el mismo banco funcionaba sin esfuerzo en todas partes (no tenía etiqueta RFID, por lo que siempre tenía que introducirla y teclear el código PIN).
Ahora, estoy un poco sorprendido. Estamos casi en 2018, hace unos años la UE pasó por el proceso de armonización de la SEPA. La directiva de servicios de pago 1.0 de la UE lleva varios años en vigor, y yo supondría que las normas de responsabilidad de las tarjetas de crédito entre comerciantes, bancos y clientes serían las mismas en toda la UE, y había una aceptación recíproca.
En cambio, parece que los comerciantes (¿o los bancos también?) pueden "discriminar" las tarjetas de crédito por su origen nacional.
¿Todo esto es regular?