I leer que los billetes de tren de alta velocidad en China pueden comprarse en línea a través del sitio web oficial o alguna agencia de terceros como chinahighlights.com o china-diy-travel.com . ¿Hay algún inconveniente en comprar los billetes de tren de alta velocidad en China a través de la página web oficial, en lugar de hacerlo a través de agencias de terceros? Me pregunto si comprar a través de la página web oficial es siempre preferible o pasar por alguna agencia de terceros tiene alguna ventaja (por ejemplo, el precio, la disponibilidad de los billetes, etc.).
Respuesta
¿Demasiados anuncios?Disponibilidad es la principal razón para acudir a un agente. Por lo general, esto no es un problema, pero en los servicios más populares, como los trenes al Tíbet durante la temporada turística de verano, los billetes disponibles al público se acaparan casi al instante (tanto por viajeros legítimos como por revendedores) y pueden ser casi imposibles de obtener a través del sitio web oficial, especialmente si se quieren los asientos/cabinas más bonitos. Los agentes tienen acceso a un inventario adicional y, por tanto, pueden comprar billetes incluso cuando usted no puede hacerlo.
Dicho esto, las autoridades chinas también han tomado medidas contra la reventa, con requisitos de identificación que la hacen más difícil. En 2019 también se puso en marcha un sistema de lista de espera automatizada, lo que reduce aún más la necesidad de que los pasajeros recurran a los revendedores.
La otra ventaja es que es más fácil ir con un agente que pueda superar la barrera del idioma, aunque ahora que 12306.cn está disponible en inglés esto también ha perdido importancia.
La desventaja obvia de utilizar un agente es que cobra dinero por el servicio, y el margen de beneficio puede ser bastante confuso.
Por si sirve de algo, yo utilicé China Highlights cuando organicé mi propio viaje al Tíbet hace unos años, que requiere el uso de un agente de todos modos (el viaje independiente no está permitido). En general, fueron competentes y consiguieron sin demasiados problemas nuestros permisos para el Tíbet y los escurridizos billetes de tren para el Tíbet. No eran baratos, pero el recargo de la tarifa del tren era un error de redondeo en el gran esquema de las cosas. El precio puede variar.