¿No es ese el objetivo de los pasaportes?
Históricamente, el objetivo de los pasaportes ha sido impedir que las personas dejando sin autorización. Este mecanismo puede seguir utilizándose, por ejemplo, cuando un tribunal le obliga a entregar su pasaporte.
En nuestra época de paranoia sobre la inmigración, los pasaportes también se utilizan al revés: Como una especie de garantía de que puedes ser expulsado si es necesario. Así, el país que expide el pasaporte acepta, más o menos, la obligación de readmitirle.
Contener datos e infracciones sobre cada viajero, y que esos datos se compartan entre todos los países que "acceden" o escanean el pasaporte para tomar una decisión sobre si admitirlos o no?
El pasaporte, incluso un pasaporte biométrico reciente, no contiene ningún dato que se actualice después de haber sido expedido. El chip contiene principalmente los datos visibles en la página de identificación, junto con una fotografía digital y, potencialmente, huellas dactilares. Estos datos se cifran con una clave basada en sus datos biográficos. Actualmente, la única forma de añadir y compartir información de forma generalizada es a través de los antiguos sellos que puedes comprobar tú mismo.
El escaneado de la zona legible por máquina (la franja situada en la parte inferior de la página de identificación) tiene dos finalidades:
- Lectura del contenido del chip para detectar cualquier alteración del documento y comparar el contenido con el rostro y las huellas dactilares de la persona que intenta cruzar la frontera.
- Extraer automáticamente algunos datos (como tu nombre y fecha de nacimiento) para realizar búsquedas o incluso guardarlos en algún nacional o comprobar si su pasaporte está en alguna lista de documentos no válidos sin tener que teclear los datos manualmente.
¿No comparten los países información sobre los viajeros extranjeros con todos los demás Estados nación a través de sus pasaportes?
En su mayoría no comparten información (de ninguna manera), con excepciones mucho más limitadas de lo que la mayoría de la gente parece suponer. Es fácil darse cuenta de que Estados Unidos, Irán, Rusia y Venezuela (por nombrar unos pocos) no van a permitirse entre sí el acceso a datos biométricos actualizados sobre sus ciudadanos, así que no hay que esperar una especie de sistema mundial para ello. Incluso dentro del espacio Schengen, donde se ha acordado el principio de un registro central de entradas y salidas y el marco jurídico lleva años ultimándose, la aplicación es un reto importante.
Nótese que todo esto es claramente distinto del intercambio de información con fines de inteligencia. La colaboración entre países en este ámbito no significa que los datos estén a disposición de todos los funcionarios encargados de la aplicación de la ley. No es así como se manejan los datos de inteligencia.